Archea
A los
organismos del dominio archea se las considera más cercanos a
los eucariotas que a las bacterias. Con referencia a su morfología, pueden
presentar formas similares al de las bacterias verdaderas, tales como cocos y
bacilo. Todas las arqueas halofílicas son Gram negativas, poseen una pared
celular compuesta de polisacáridos a base de glucosa, ácido glucorónico,
galactosamina, acetato y abundantes residuos de sulfato. Se reproducen por
fisión binaria, no forman esporas y su metabolismo corresponde al de bacterias
quimiorganotróficas; la mayoría de las especies son aerobios obligados, pero
otras pueden realizar procesos fermentativos o de respiración anaeróbica. Son
pequeñas (0,5-5 micras) y sus genomas son de pequeño tamaño. El ADN se
empaqueta en forma de nucleosomas, como en los eucariotas, gracias a proteínas
semejantes a la histona; algunos genes tienen intrones como los eucariotas. La
membrana plasmática de las arqueas presenta características particulares con
respecto al componente lipídico. A diferencia de las bacterias y
eucariotas, carecen de ácidos grasos y en su lugar tienen cadenas laterales
compuestas de unidades repetitivas de isopreno (fentanilo o bifentanilo) unidas
por enlaces éter al glicerol que constituyen el gliceroldiéter, cuando se
distribuyen a manera de bicapa, y el gliceroltetraéter, cuando es a manera de
monocapa, este último arreglo es muy estable a temperaturas altas y se
encuentra principalmente en las arqueas termoacidófilas.
En cuanto
a su metabolismo, las arqueas difieren de bacterias y eucariotas en la ausencia
de citocromos y quinonas para la transferencia de electrones.Son organismos
celulares que carecen de núcleo como el resto de los procariota, comprende
organismos productores de metano (metanógenos), tales como los Halófilos
extremos, Termoacidófilos y otros. Son muy frecuentes en los océanos, así como
en hábitats extremos. La mayoría de archaea viven en ambientes extremos y son
llamadas extremófilas. Otras especies de archaea no son extremofilas y viven en
temperaturas y niveles de salinidad comunes. Algunas incluso viven en nuestros
intestinos.
A algunas especies extremófilas les encanta vivir en el calor y en el agua hirviendo, como en los géisers y dentro de volcanes. Gustan tanto del calor que se les apoda "termófila", que significa "amante del calor", y se congelarían hasta morir en temperatura ambiente. Hay otras extremófilas que viven en medioambientes muy salados, conocidos como hipersalinos. Estos son capaces de sobrevivir en lugares extremos en donde otros organismos no podrían sobrevivir. Estas archaeas amantes de la sal se llaman halófilas.
A algunas especies extremófilas les encanta vivir en el calor y en el agua hirviendo, como en los géisers y dentro de volcanes. Gustan tanto del calor que se les apoda "termófila", que significa "amante del calor", y se congelarían hasta morir en temperatura ambiente. Hay otras extremófilas que viven en medioambientes muy salados, conocidos como hipersalinos. Estos son capaces de sobrevivir en lugares extremos en donde otros organismos no podrían sobrevivir. Estas archaeas amantes de la sal se llaman halófilas.
Las archaeas no necesitan de la luz solar para el proceso de la fotosíntesis como el que llevan a cabo las plantas, tampoco necesitan oxígeno. Las bacterias archaeas absorben CO2, N2, ó H2S, y eliminan gas metano a manera de producto de desecho, inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono. Algunos de los planetas que tienen un medio ambiente donde las archaeas podrían sobrevivir incluyen Venus, el medio ambiente antiguo de Marte, Júpiter, Saturno, y la luna de Júpiter.
El dominio archea muestra
aspectos interesantes con respecto a la heterogeneidad de sus grupos y la forma
como cada uno de ellos han resuelto los problemas que enfrentan en los
diferentes ambientes. Las arqueas están divididas en tres grupos de acuerdo con
la adaptación al medio donde residen:
Halofílicas
extremas. Viven en ambientes de elevada salinidad: salinas, los lagos
salados naturales, hábitats salinos artificiales como en las preparaciones
caseras concentradas de sal que se utilizan para la preservación de algunos
tipos de pescado y carne, en donde forman manchas rojas. La concentración de
sal en dichos hábitats es cercana al punto de saturación (32%), aunque la
mayoría requieren 12-23% para un óptimo crecimiento. Además, por el hecho de
encontrarse en medios muy salados acumulan intracelularmente compuestos
orgánicos denominados solutos compatibles, los
cuales
contrarrestan la tendencia de la bacteria a deshidratarse en esas condiciones.
Ejemplos de ellas son las Halococcus y Halobacterium.
Metanógenas. Se
caracterizan por sintetizar metano, acetatos, etc. Hay Gram positivas como Gram
negativas, por lo que no se considera una característica de validez en su
clasificación, por lo cual se recurre a la comparación de las secuencias del
ARNr 16s. Algunas arqueas metanógenas poseen una pared celular constituida de
pseudopeptidoglicano. Además también se diferencian de las paredes bacterianas
en los enlaces glucosídicos 1,3 en vez de 1,4. Habitan por lo general en los drenajes,
pantanos y aparatos digestivos de los vertebrados incluyendo el hombre, que
proporcionan un ambiente anaeróbico adecuado para su metabolismo.
Termoacidófilas. Habitan
aguas calientes geotérmicas (>80ºC) que se caracterizan por ser ricas en azufre
y por su acidez (pH<2), desde moderada a extremadamente ácida, debido a la
oxidación biológica del H2S y SO que produce H2SO4 y temperaturas de 60-80º C y
un pH bajo, de 1-3. Sulfolobus acidocaldarius oxida el azufre y vive en las
fuentes termales del parque Yellowstone. Termoplasma se
encuentra en carbón encendido (ardiendo). También habitan en lugares
ligeramente alcalinos como algunas solfataras (medios calientes y ricos en
azufre). Su metabolismo productor de energía puede ser quimiorganotrófico y por
lo general son anaerobias estrictas.
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